Son los que proveen la energía para realizar
distintas actividades físicas (caminar, correr, hacer deportes, etc.), como
pastas, arroz, productos de panificación (pan, galletas, etc.), dulces, miel,
aceites, frutas secas (almendras, nueces, castañas, etc.).

Podemos dividir los Alimentos Energéticos en
dos tipos:
1. Los Preparados Energéticos: Son
principalmente las bebidas, barritas y gelatinas energéticas. Su base son
carbohidratos, proteínas, minerales y aminoácidos esenciales que ayudan a
reponer energías a las personas que practican deportes de larga duración y gran
esfuerzo (escalada, ciclismo, etc.). Se caracterizan por aportar calorías extra
y de rápida digestión, que ayudan a disminuir la fatiga y a que el cuerpo se
recupere más fácilmente.

2. Los
Alimentos Naturales: que son aquellos que hacen el mismo efecto de los
anteriormente descritos, pero menos violentamente y de forma natural para el
organismo. Estos alimentos se dividen en tres grupos: Los Alimentos Energéticos
propiamente dichos (carbohidratos, azúcares, aceites y frutos secos); Los
Alimentos Plásticos o de Construcción (carnes, pescados, huevos, legumbres y
lácteos), fundamentales ya que intervienen en el desarrollo óseo y muscular; y
finalmente los Alimentos Reguladores (frutas, verduras y hortalizas), que
ayudan a asimilar los dos grupos anteriores y regulan el funcionamiento del
organismo.

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